Los amantes de La Fábrica llevaban tiempo preocupados por el rendimiento del Juvenil A del Real Madrid. Para muchos, el equipo más importante de Valdebebas. Donde se ve quién puede ser profesional o quién tiene que llevar su vida por otro lado. Si bien es cierto que la pasada temporada los blancos conquistaron la Copa del Rey, no ha conseguido en los últimos años ganar su grupo de División de Honor, siendo superado por el Atlético de Madrid.
Esta situación está cambiando este año con el ascenso de Álvaro Arbeloa al segundo filial madridista. Este domingo, el Juvenil A pone a prueba su imbatibilidad esta temporada ante el Atlético de Madrid. El equipo entrenado por Fernando Torres suma 34 puntos, los mismos que los blancos y ambos conjuntos está igualados en lo más alto de la clasificación con 11 triunfos y un empate.
La llegada de Álvaro Arbeloa ha traído nuevos aires a un equipo que se ha clasificado como primero de grupo para los octavos de final de la UEFA Youth League. De hecho, ha sido en Europa donde han demostrado su mayor poderío. Cinco victorias en seis partidos, ninguna derrota, 23 goles a favor y cinco en contra han sido sus números.
Álvaro Arbeloa ha conseguido devolver el gen competitivo al Juvenil A. Si bien es cierto que tiene varios talentos generacionales como Piñeiro, Quetglas, Edgar, Manuel Ángel, César Palacios, Nico Paz, Jacobo Ramón o el lesionado Marc Cucalón, del que el entrenador está muy pendiente, también ha conseguido hacer un equipo sólido que se sustenta en cuatro claves que lleva a rajatabla.
La primera es que sus jugadores tienen que representar al Real Madrid dentro y fuera del campo. Incide mucho a sus jugadores que tienen que dar imagen fuera del campo y tienen que comportarse como futbolistas del 14 veces campeón de Europa siempre.
La segunda es que sus jugadores, más allá de los resultados, tienen que tener como objetivo entrenar en el campo número 1, donde lo hace el primer equipo. Para eso se educan y se forman. La tercera de las normas de Arbeloa es centrar a intensidad en cada entrenamiento y partido. Le gusta mucho tener el balón, defender a tope. Su frase es «a todo gas» desde el minuto uno al 90. No hay un minuto de respiro para sus chicos.
Por último, Arbeloa quiere que en su equipo se respire mucho madridismo. El técnico entiende a la perfección lo que son los valores del Real Madrid, ya que se formó en su cantera e hizo historia en el primer equipo, y ahora se lo quiere inculcar a sus chicos.